Club Unión Morro

Club Social y Deportivo

Sociabilidad popular y defensa del Patrimonio: el Club Social y Deportivo Unión Morro.

“Desde que se fundó, ha habido entusiasmo
y amor propio en sus filas…”
(El Tarapacá, 1943)
 

El Morro constituye una zona tradicional de Iquique, siendo el barrio más antiguo y un sector fundacional de la ciudad. Actualmente, es escenario de múltiples expresiones culturales que lo constituyen en un barrio patrimonial, no sólo por la materialidad de su entorno, sino también por elementos intangibles que forman parte de la identidad de sus habitantes. Según la Unesco, el Patrimonio Cultural Inmaterial “se refiere a las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación”, en ese sentido en El Morro encontramos tradiciones de gran significación e importancia como el Carnaval, saberes culinarios, bailes religiosos y prácticas deportivas desarrolladas durante décadas, que forman parte de la identidad barrial y son promovidas por las y los morrinos. En este apartado, nos centraremos en el rol que cumple el Club Social y Deportivo Unión Morro en relación al fomento de la actividad deportiva, pero también como un eje fundamental para la asociatividad de las y los vecinos en defensa de los patrimonios materiales e inmateriales de este histórico barrio.

Hacia inicios del siglo XX, la cultura y el deporte fueron ámbitos de interés entre los sectores populares, tanto en la pampa como en los puertos salitreros. Generalmente, la sociabilidad popular de ese contexto se asocia a las organizaciones de carácter reivindicativo –tales como mancomunales, sociedades de resistencia y partidos obreros-, sin embargo en el seno del mundo popular proliferaron filarmónicas, círculos de teatro, ateneos y, por supuesto, clubes deportivos. 

En la década de 1920, los clubes deportivos comenzaron a proliferar en los barrios obreros de la ciudad de Iquique tales como el Club Deportivo Estrella de Chile, Club Deportivo La Cruz, Club Deportivo Maestranza, entre muchos otros. El 1º de junio de 1923, se fundó el club “Unión Morro Sporting Club” por iniciativa de vecinos, pescadores y trabajadores portuarios, nombre que mantuvo hasta 1944 cuando se castellanizó su nombre como “Club Social y Deportivo Unión Morro”. 

Según comenta su actual presidente, Rodrigo Malagarriga, el club contaba en sus inicios con 6 ramas deportivas: basquetbol, fútbol, natación, waterpolo, boxeo y atletismo, deportes que concitaban gran adhesión y popularidad en el Iquique de dicha época, pero en el caso del Morro especialmente destacaban los deportes acuáticos, dado el vínculo que sus habitantes tenían –y mantienen hasta el día de hoy- con el mar, específicamente con la playa Bellavista, por lo cual se ha popularizado el dicho “los morrinos aprenden primero a nadar y después aprenden a caminar”. En sus primeras décadas de existencia, el club destacó en los deportes acuáticos tanto a nivel local como nacional, así lo señaló el periódico El Tarapacá en 1943: “El Unión Morro ha sido club clásico de natación y water-polo y durante su existencia ha logrado mantenerse entre los mejores equipos locales. Aficionados destacados en esta rama ha tenido en Luis Ojeda, Octavio Soudre, Oscar Miranda y Luis Sánchez, viejos defensores de esta insignia y que en varias oportunidades han merecido la designación de “seleccionados” para defender el prestigio de Iquique en los campeonatos nacionales”. Actualmente, se han sumado otras ramas como el bodyboard y el fútbol playa y el Club continúa siendo semillero de eminentes deportistas, según comenta Rodrigo Malagarriga en los últimos 10 años han logrado posicionarse nueve veces como campeones nacionales de waterpolo; por otra parte, la tradición de los deportes acuáticos se expresa también como una de las actividades más importantes dentro de la celebración del Carnaval, teniendo como emblema la Travesía Náutica que recorre desde playa Cavancha hasta playa Bellavista a nado sin aletas ni traje. 

Cabe también destacar que no sólo los hombres han sido protagonistas de las ramas deportivas del Club, sino que desde el año 1952 las mujeres comenzaron a marcar presencia en las ramas de natación, basquetbol y tenis de mesa: “Desde el año pasado cuenta el Unión Morro con una sección femenina, que preside la señora Irene de Sotomayor a la que asesora un grupo de entusiastas socias”, entre las socias que conformaron la directiva de dicha sección para los años 1953 y 1954 encontramos a “Presidenta, Señora Irene S. de Sotomayor; Vicepresidenta, Señora María Espinoza; Tesorera, Señora Julia Véliz; Secretaria de Actas, Señorita Silvia Rojas; Directoras, Señoras Irma de Muñoz, Elba de Olmedo, Olga de Flores, Lidia Armazán y Blanca Lagos; Directoras de Natación, Señoritas Delia Bolados y Nolfa Aguilera; Directoras de Básquetbol, Señora Guillermina de Pérez y Señorita Marta Lagos; Directoras de Pimpón, Señoritas Nora Echiburú y Juana Véliz”. En la actualidad, destacan las deportistas de bodyboard y el equipo femenino de waterpolo, del cual algunas de sus integrantes son seleccionadas nacionales.

La sede del Club, ubicada frente a la playa Bellavista, comenzó su construcción en 1944, con el esfuerzo de los propios socios y vecinos, tras conseguir la donación de terrenos fiscales; ya para 1953 contaba con una moderna infraestructura, así lo consigna El Tarapacá “Gracias al esfuerzo de la actual directiva que preside el señor Juan Sotomayor, por espacio de tres periodos, la sede social con instalación de servicios internos, secretaría, camarines, etc., será inaugurada próximamente”. Durante el mes de junio de dicho año, se completaron las obras de alcantarillado y obligaron a postergar la celebración de su aniversario: “Después de algunas semanas finalizaron los trabajos de instalación del alcantarillado y arreglos interiores en el local social del Unión Morro en calle Bellavista. Estos trabajos estuvieron a cargo de los socios”, finalmente a finales de junio de 1953 la sede social fue inaugurada, en el marco de la celebración del 30º aniversario del Club: “Es una de las instituciones de Barrio que luce buena organización y aún cuando tuvo que esperarse un lapso prolongado para ver cristalizada la idea de sus fundadores de tener una sede social propia, esa satisfacción se ve coronada en esta oportunidad después de sobreponerse a un sin número de inconvenientes”. Esta sede en la actualidad no sólo cumple una función relacionada con las ramas deportivas que alberga el Club, sino que también es un punto de encuentro para las y los vecinos, al realizarse en sus dependencias diversas actividades comunitarias tales como talleres, reuniones, actividades de Carnaval, funciones teatrales –como fue el III Encuentro Latinoamericano de Teatro Camanchaca en 2017, organizado por Compañía La Tranca y la Ilustre Municipalidad de Iquique, contando con la activa colaboración del Club Unión Morro-, operativos médicos, funerales, asambleas ciudadanas e incluso ollas comunes en el marco de la crisis sanitaria, entre otras, y es facilitada para actividades de organizaciones sociales de Iquique, independientemente de su pertenencia al barrio. 

Los barrios históricos de Iquique cuentan con identidades forjadas a través de décadas en base a sus dinámicas sociales, en ellos se generan y reproducen límites y diferencias entre “lo propio y lo ajeno”. Los clubes deportivos, entre otras instancias, han facilitado la creación de lazos y sentidos de pertenencia al barrio al cual se circunscriben, de esta forma el Club Unión Morro tiene una preponderancia para la sociabilidad de las y los vecinos, pues en torno a él se articulan las principales prácticas patrimoniales que caracterizan al sector, partiendo por el deporte entendido como patrimonio inmaterial tanto de este emblemático barrio, como de todo Iquique. En ese sentido, los triunfos deportivos han permitido generar una memoria colectiva en torno al esfuerzo, la humildad y la posibilidad de legar a futuras generaciones el relato de las hazañas que alimentan la identidad de Iquique como “Tierra de Campeones” y del Club Unión Morro “Campeón del Mundo”.

Señala Rodrigo Malagarriga que el slogan del club es “Tradición, Deporte y Cultura”, puesto que se ha asumido la tarea de resguardar y difundir las expresiones culturales del barrio, más allá del deporte. Así, el Club Unión Morro cumple la función de organizar y coordinar el Carnaval, el cual es sin duda uno de los sellos distintivos del barrio. En el marco del Carnaval Morrino, se realizan diversas actividades recreativas, artístico-culturales y deportivas en las cuales confluyen los habitantes del barrio –además de gente proveniente de distintos puntos de la ciudad-, en estas actividades se expresa una memoria colectiva en torno a las tradiciones y símbolos compartidos por la comunidad, siendo un elemento esencial de la identidad barrial que se reproduce y se busca proyectar hacia el futuro, se reproducen además vínculos solidarios y de colaboración y horizontalidad que remiten a la pertenencia al barrio: al ser morrino, ser morrina. Los carnavales barriales son una práctica característica del Tarapacá que fue perdiéndose a lo largo del siglo XX, principalmente producto de las transformaciones sociales y espaciales de las últimas décadas, que han causado una suerte de retroceso de “la vida de barrio” y del tipo de relaciones que allí se establecen, lo cual es descrito por Malagarriga como un verdadero “barricidio”, por tanto el bario El Morro es actualmente un punto de resistencia cultural y de defensa de esta tradición festiva que nos habla de una cultura viva. Las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial que componen el Carnaval (el juego de la challa, la velatón, procesión y posterior quema del Rey, la decoración del barrio, la limpieza de la playa, entre tantas otras) están bajo amenaza constante de los códigos de convivencia actuales y las normativas de uso del espacio público que no se ajustan a las lógicas tradicionales de los antiguos barrios, en ese sentido el Club juega un rol protagónico en el resguardo y la difusión del patrimonio apuntando a evitar la desaparición del mismo barrio y de la esencia de la identidad iquiqueña, señala Malagarriga.

Ahora bien, el avance del modelo neoliberal y los procesos que ha aparejado representan una amenaza para los patrimonios del Morro y los barrios tradicionales en general, en ese sentido señala Oriard que “El valor de un barrio histórico radica en parte en la regularidad y armonía de la arquitectura de las casas tradicionales, los monumentos, el perfil de sus calles y la calidad de sus espacios públicos. Por otra parte, este valor incluye también los aspectos intangibles del barrio que podríamos llamar “el genio del lugar”. Ello incluye la experiencia del espacio en todas sus dimensiones”. En primer lugar, el mercado inmobiliario ha avanzado a pasos agigantados, reemplazando las antiguas casonas por torres de departamentos, ello genera un impacto en el entorno y su estética, además de la llegada de habitantes externos al barrio que no comparten los mismos códigos identitarios que la población local. En segundo lugar, en los últimos años se ha producido una turistificación de los barrios históricos y, con ello, el uso del espacio privilegia la instalación de servicios de hotelería y gastronomía en medio de sectores residenciales, bajo el argumento de que dichos servicios permiten la revalorización y revitalización de los barrios históricos. En tercer lugar, las políticas públicas en su amplio espectro no contemplan un desarrollo armónico en relación al mercado (en este caso las inmobiliarias y los servicios turísticos) y el patrimonio, mientras que muy escasamente en materia de conservación se abarca primordialmente los aspectos materiales y tangibles por sobre aquellos elementos intangibles de una comunidad. Ante el avance de los procesos de modernización y la irrupción del mercado, el Club Unión Morro ha buscado estrategias de defensa de sus patrimonios, funcionando como un canal de comunicación ciudadano validado por la comunidad para el resguardo patrimonial, en donde la gestión ciudadana y la participación activa de las y los vecinos en el diálogo con las autoridades locales respecto de los planes y proyectos a ejecutar en el barrio ha sido de vital importancia.

La principal estrategia desarrollada ha sido la mantención y transmisión de sus tradiciones deportivas y culturales como el Carnaval Morrino. En ese sentido, dar continuidad a estas prácticas permite reforzar los lazos identitarios que caracterizan a las y los morrinos, además de proveer a las nuevas generaciones de referencias culturales que reproduzcan el sentido de pertenencia y la reproducción de la vida comunitaria tradicional, la vida de barrio, por ende contar con una instancia deportiva y cultural permite vincular a niñas, niños y jóvenes con las tradiciones que le han dado la fisonomía al histórico Barrio El Morro. El Club Social y Deportivo Unión Morro es un agente clave para la pervivencia de una forma de vida que la modernidad tiende a desfigurar, importancia que no es sólo para el propio barrio sino para todo Iquique.

Karelia Cerda Castro