Elba Varas González

“Todos los de la cuadras jugaban, las mujeres sacaban baldes con agua...

La memoria de doña Elba Varas González, es un verdadero tesoro. Debe ser la morrina que recuerda con mayor nitidez y detalle cada momento vivido, junto a sus vecinos, en su querido barrio. Navidades, fiestas vecinales, pero, sobre todo, el carnaval, son recuerdos arraigados en la mente de la señora Elba, que, a sus 70 años, relata como si los años dorados del barrio El Morro, hubieran sido ayer. La época en la que los niños de la calle Wilson, Covadonga, Izasa y de los cites jugaban todos revueltos a la pelota en canchas improvisadas, el viejo tiempo cuando sin la unión de todos, no se podía salir adelante. 

Doña Elba nos contó que fue una testigo privilegiada de los inicios del famoso carnaval morrino, ya que su abuelo, don Luis González Vila, comenzó con esta tradición que se mantiene hasta nuestros días, aunque algunos del Morro sean enfáticos en decir que ya no queda nada de las primeras comparsas, ni de los paseos en carreta por la población de las candidatas a reina.

“Mi abuelo celebraba los carnavales en la cuadra, después ese carnaval se llevó al Morro y allí empezó a celebrarse en el Club Unión Morro, pero él fue el que llevó eso al barrio, en esos años había carretas las que se adornaban para sacar las candidatas a reina y se paseaban en carretas y todo esto llegaba hasta Vivar, las comparsas, los niños disfrazados, todo eso fue algo muy hermoso y muy sano, son recuerdos de mi niñez”, relata.  

“Todos los de la cuadras jugaban, las mujeres sacaban baldes con agua, se jugaba en la calle hasta las siete u ocho de la tarde y después todos nos íbamos a la playa, en esos años estaban los baños Bellavista y los bailables en la noche se habían en este lugar celebrando el carnaval y las playas del Morro estaban topadas de carpas, íbamos todas las familias en carpas”, agrega nostálgica, como si aún estuviera ahí. 

Pero Elba detiene su relato sobre esta fiesta barrial, para transmitirnos cómo se celebraba en el infaltable “día de los picaos”, en el medio del carnaval. Porque dice que, a pesar de las precariedades económicas de muchos vecinos, los más jóvenes se las arreglaban para salir jugar ese día en especial, todos “bien picaos”.

“Jugábamos en las calles al día de los picao, ahí nos picábamos todos. En esos años ahí se hacía hervir la ropa con fuego a leña en tambores y resulta que nosotros nos mojábamos las manos y las pasábamos por hollín y eso usábamos para pasársela por la cara a los hombres. Me acuerdo de que, mi papa como era albañil, él tenía tierra, no pintura, tierra roja, verde, amarilla y con eso nos pintábamos. Y los hombres salían todos pintados con rush, así era el día de los picaos”, nos dice con una picardía nostálgica. 

Herencia que perduró 

Aunque no parezca cierto, Doña Elba Varas, nos reveló que por muchos años y por distintos motivos, el barrio no tuvo su tradicional carnaval. Debió pasar el tiempo, para que don Manuel González Vivar, retomara el trabajo de su padre y abuelo de Elba, don Luis González y de esta forma, terminaran los silencios febreros en el Morro, volvieran las candidatas a reina, los bailoteos, la challa y la diversión sin límites y asegurada, que ocurría para las familias morrinas, solo una vez en el año. 

“El que volvió a levantar el carnaval hace algunos años fue don Manuel González Vivar, él heredó lo de mi abuelo, porque era hijo de mi abuelo, él volvió a formar el carnaval en el barrio, lo hizo similar o más bonito que mi mismo abuelo, fueron muy pocos los integrantes que formaban el comité de carnaval, pero trabaja todo un barrio”, nos manifiesta. 

Nos cuenta también que de la mano de don Manuel González, hubo una revolución en la forma de organizar y celebrar el carnaval, el dirigente mantuvo las icónicas competencias, pero agregó un valor agregado, pensado en el crecimiento del Club Unión Morro.  “Cada cuadra que tenía su candidata, sacaba su carro alegórico y sacaba su disfraz y las candidatas ganaban por plata, es decir, la que entregaba más plata al club era la reina, y esa plata quedaba para el Club Unión Morro, para que tuviera sus fondos y fuera cubriendo las necesidades del mismo club”, comenta.

Doña Elba Varas González, se autonombra como una “vocera del morrino antiguo”, de esos que pasaban todo el día en Bellavista, que jugaban a la pelota a pata pelá, de los que defendían los colores de su querido barrio, por eso recalca la importancia de siempre, pero siempre, hablar con amor del Morro, donde sea, dejando en claro la historia y las tradiciones acunadas en este lado de la ciudad. 

 “Yo soy una vocera del morrino antiguo, donde me presento hablo de mi barrio, por eso yo le pido que no dejen de quererlo, que traten siempre de mantenerlo en alto y que luchen por su identidad, ya sea el Club Unión Morro, la junta de vecinos o la Sociedad Católica Pieles Rojas, porque lo que yo viví fue muy hermoso y siento que se está debilitando y eso no puede ser, mi barrio siempre ha sido un barrio que ha entregado mucho, hemos tenido grandes campeones, grandes jugadores, grandes directivas, entonces es lindo pensar de que eso no se muera”, manifiesta al terminar la entrevista. 

“MEMORIAS MORRINAS ES UN PROYECTO FINANCIADO POR EL MINISTERIO DE LAS CULTURAS, LAS ARTES Y EL PATRIMONIO”